En la realización de una fertilización in vitro, antes de la transferencia embrionaria se sugiere este diagnóstico genético preimplantacional que se dedica a identificar alteraciones cromosómicas que pudieran presentarse en el embrión.

El beneficio de este estudio aumenta la tasa de embarazo y reduce los abortos espontáneos pues permite seleccionar los mejores ejemplares para implantación. En el tercer día se realiza una biopsia al blastocisto para hacer el análisis cromosómico que determine los embriones más aptos para ser implantados. Se trata de un método totalmente seguro y ampliamente usado por lo que no representa ningún peligro para los embriones.