The progesterona es una hormona que se produce en los ovarios de la mujer y en la placenta cuando ya hay un embarazo. Está presente en varias facetas que tienen que ver con la parte reproductiva: ciclo menstrual, ovulación, implantación, gestación y la regulación de las funciones uterinas. A continuación te platicamos más sobre la importancia de la progesterona y sus niveles adecuados.
¿Para qué sirve la progesterona?
Esta hormona sexual empieza a generarse una vez que llega la pubertad, específicamente cuando se da la primera menstruación, por lo que también está relacionada con los cambios físicos que surgen entre la niñez y la adolescencia.
Algunas de sus funciones son:
- Preparar al endometrio para que se pueda implantar el embrión.
- Mantener un ambiente uterino apto para el desarrollo del bebé.
- Estimular el crecimiento de las glándulas mamarias para que se pueda producir leche materna.
- Evitar un parto prematuro.
Niveles de progesterona
Si no está bien controlada puede traer graves problemas como infertilidad, aborto o que el bebé nazca antes de lo esperado.
Los valores normales de progesterona varían dependiendo la fase del ciclo menstrual y el mes de embarazo:
- Fase folicular: 0.1 a 0.7 ng/mL
- Fase lútea: 2 a 25 ng/mL
- Primer trimestre de embarazo: 10 a 44 ng/mL
- Segundo trimestre de embarazo: 19 a 82 ng/mL
- Embarazo: 65 a 229 ng/mL
Cuando una mujer tiene niveles menores a los que se mencionaron, (dependiendo la etapa en la que se encuentre) se dice que hay progesterona baja.
Algunos síntomas son:
- Ciclos menstruales irregulares y manchado entre periodos.
- Cambios de humor
- Trastornos del sueño
- Ansiedad
- Aumento de peso
- Dolores de cabeza
- Bajo deseo sexual
- Sensibilidad en los senos
En caso contrario, cuando estos valores se exceden, entonces hablamos de progesterona alta.
Los síntomas son:
- Sensibilidad en los senos
- Cansancio
- Aumento de peso
- Ansiedad
- Pérdida de cabello
Progesterona y embarazo
The progesterona en el embarazo juega un papel muy importante, pues como ya lo dijimos, es necesaria para que el embrión pueda implantarse y desarrollarse correctamente.
Si sus niveles no están bien regulados, puede traer consigo infertilidad y por lo tanto, quedar embarazada de manera natural puede ser más difícil. En caso de ya estarlo y que sus valores se alteren, provocaría daños en el desarrollo del bebé e incluso, su pérdida.
Mantener un equilibrio adecuado de esta hormona es esencial para que la implantación, gestación, parto y lactancia se lleven a cabo de la mejor manera; asegurando un crecimiento sano y sin complicaciones para el bebé.
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