Tratamientos de reproducción asistida: tipos y tratamientos

La reproducción asistida tiene cuatro décadas ayudando a hombres y mujeres a lograr embarazos exitosos. Existen tratamientos de reproducción asistida de baja y alta complejidad. Esta categorización se da por el tipo de procedimientos que se utilizan para conseguir el embarazo.

Tratamientos de baja complejidad

Entre los procedimientos de baja complejidad en la reproducción asistida se encuentra el coito programado que consiste en avaluar en qué momento del periodo menstrual se encuentra la mujer y determinar cuáles son los días de ovulación en los que la mujer tiene más probabilidad de embarazarse de forma natural.

La gran mayoría de los tratamientos de reproducción asistida utilizan la estimulación hormonal con el fin de excitar a los ovarios para conseguir una ovulación basta. El primer tratamiento que se vale de ella es la inseminación artificial, de igual forma que en el coito programado se determinan los días más fértiles, pero además se induce la ovulación para que cuando se introduzca el semen de la pareja o donado se tengan más probabilidades de lograr la concepción.

Se recomienda cuando los problemas de fertilidad son moderados tanto en el hombre como en la mujer, de igual forma para el embarazo en mujeres con parejas del mismo sexo o sin ella.

Tratamientos de alta complejidad

Dentro de los procedimientos de fertilidad de alta complejidad se incluye la fertilización in vitro, se comienza por una estimulación con el fin de obtener varios óvulos maduros que serán extraídos. Para lograr la fecundación puede ser mediante inseminación en un laboratorio o bien mediante una inyección intracitoplasmática, se utilizan los espermas de la pareja o de un donante.

Varios días después que se ha logrado la fecundación se procede a la transferencia embrionaria, dependiendo de la opinión del experto se determina cuántos serán y si se requiere de una eclosión asistida, procedimiento que consiste en quitar una pequeña capa al embrión con el fin de facilitar la implantación. La FIV se recomienda en casos severos de infertilidad, pero en dónde se logra la ovulación.

Para los casos en los que no se logra la ovulación o los óvulos son de mala calidad se puede recurrir a la ovodonación, se trata también de un tratamiento de fertilización in vitro con la distinción de que el óvulo es donado. De igual forma existe la posibilidad de transferir embriones congelados de otras parejas cuando el FIV y la ovodonación no han tenido éxito. Si necesitas asesoría sobre estos temas lo mejor es agendar una cita con un especialista que pueda evaluar tu condición y ayudarte a conseguir lo que estás deseando.

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